Venezolanos de corazón bien grande.

Unas verduras, algo de carne y condimentos se convierten en una sopa que se comparte en los barrios más pobres-

Niños con taza en mano para que se le sirva el caldo nutritivo que reciben.

Niños esperan en la cola por su plato de sopa.

Paciencia y mas paciencia por la sopa.

Ancianos malnutridos hacen su cola bien organizados.

Hors de espera y en la cola los ancianos con tazas en mano quiere comer una sopa como Dios manda.
El Venezolano que decidió volar a otras tierraas en busca de un futuro mejor, nunca olvida su tierra. Nunca olvida ls precariedades que otros pasan.  El venezolano tiende a tener un corazón bien grande, inculcado por la educaciòn familiar de ayudar a quien màs lo necesite. Por ello hay organizaciones que reciben ayuda y esto se traduce jornadas de alimento en los barrios màs necesitados. Niños y adultos son los beneficiarios de esta comida que una vez a la semana como  mínimo organizan. 

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