El negocio de la pobreza...



 Es lamentable que en Venezuela la gran mayoría no puedan comer tres veces al día. Es lamentable que se pierda el trabajo. Es lamentable que el sueldo mínimo no alcance para comer, aun mas cuando se es cabeza de familia y con esposa e hijos incluidos.
La situación de calle, de indigencia o sin trabajo ha llevado a un pequeño segmento de la población de desempleados a usar a sus hijos como presas que abren la generosidad de los ciudadanos.
Para el venezolano dar al que no tiene se hace cotidiano mas que todo cuando hay niños de por medio. Los padres reciben las dadivas de los ciudadanos, y para ganar dinero y consumírselos en drogas venden y así poder tener efectivo. En el caso de la familia Chirino Osorio, no se si este es el caso.
No se si esta es la intención de los padres, pero dejar padecer a tres niños hambre, eso nunca.

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